David Américo Ortiz Arias, mejor conocido como el Big Papi ha entrado oficialmente al Salón de la Fama de Cooperstown como el cuarto pelotero dominicano en convertirse en inmortal.
Se une a Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero como los únicos quisqueyanos con un nicho en el museo de los inmortales y apenas el segundo que lo logra en su primer año en la boleta.
Hasta anoche, cuando se conocían 187 boletas, o el equivalente a un 47.7 por ciento de los votos emitidos por los miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de los Estados Unidos, Ortiz había recibido 158 votos, o lo que es igual a un 84.5 por ciento de esos sufragios, es decir, más de un nueve por ciento por encima del 75 por ciento requerido para la inmortalidad.
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Ahora, finalmente se han conocido los resultados finales: 000 boletas o el equivalente al 51% de los votos emitidos de los cuales 000 han sido a su favor o lo que es igual a un 86%.
Con un currículum de tres anillos de campeón, un premio al Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana (2004) y otro de la Serie Mundial (2013), además de 541 cuadrangulares y 632 dobles, Ortiz tiene de sobra los méritos para ser un nuevo miembro de Cooperstown.
Era de esperarse que el dominicano fuera el único exaltado este año al salón de la fama, con Barry Bonds y Roger Clemens coqueteando con el 75 por ciento, pero con un margen de error mínimo entre unos votantes que los han castigado en nueve años consecutivos desde que entraron a la boleta y que los ve por última vez ante el juzgado de la prensa deportiva estadounidense que cubre el béisbol.
Ortiz se convirtió además en apenas el tercer bateador designado en el Salón de la Fama, uniéndose a Frank Thomas y a Edgar Martínez.