La publicidad política en las plataformas digitales de República Dominicana ha experimentado un crecimiento masivo en los últimos años, especialmente a partir de las Elecciones Presidenciales de 2008. Sin embargo, el panorama para las Elecciones Generales de 2024 será notablemente diferente debido a varios factores.
En primer lugar, el acceso a internet y las redes sociales se ha extendido significativamente en el país, lo que significa que un mayor número de ciudadanos tiene la capacidad de interactuar con la publicidad política en línea. Esto representa tanto una oportunidad como un desafío para los pre-candidatos y partidos políticos, ya que deben adaptarse a un electorado digitalmente activo.
Por otro lado, la regulación que rige la publicidad política en plataformas digitales aún no ha logrado establecer límites claros y específicos sobre el alcance y el momento en que se puede llevar a cabo. Esto ha llevado a una situación en la que los pre-candidatos y partidos políticos están invirtiendo grandes cantidades de dinero en publicidad en línea sin restricciones claras.
Esta situación plantea una serie de problemas tanto para los usuarios de redes sociales y plataformas digitales como para otros anunciantes. Por un lado, la saturación de publicidad política puede resultar molesta y estresante para los usuarios, quienes se ven inundados con mensajes y anuncios políticos. Por otro lado, esta avalancha de publicidad política también encarece el costo de la publicidad para otros anunciantes, especialmente para pequeños negocios y emprendedores que ahora deben competir con grandes presupuestos políticos.
La falta de regulación también se extiende al ámbito físico, donde la publicidad política en forma de vallas y letreros ha proliferado sin control, generando una contaminación visual cada vez más preocupante. Partidos políticos como el Partido Revolucionario Moderno, el Partido de la Liberación Dominicana y la Fuerza del Pueblo son algunos de los principales actores que invierten fuertemente en publicidad en redes sociales y plataformas digitales.
Aunque plataformas como Facebook, Instagram y Whatsapp tienen políticas específicas para anuncios políticos, como la verificación especial y la divulgación del anunciante, esto no es suficiente para controlar adecuadamente la publicidad política desmedida. Es fundamental establecer mecanismos más robustos que promuevan la transparencia y la equidad en la publicidad política en línea.
En las Elecciones Generales de 2024 se elegirán autoridades a nivel municipal, congresual y presidencial. Estos comicios son financiados con fondos públicos, es decir, con los impuestos que pagan los ciudadanos y empresas del país. Resulta irónico que los mismos contribuyentes deban competir con sus propios recursos para poder publicitar sus negocios y generar ingresos.
